El malestar puede aliviarse en poco tiempo, como demuestra un reciente estudio del centro de psicolo
Para la mayoría de la gente, acudir a la consulta del médico por algún desarreglo orgánico apenas entraña una dificultad. Sin embargo, cuando las dificultades se manifiestan en el inquietante mundo de la mente y las emociones, muchas personas siguen mostrando dudas, reticencias o postergaciones a la hora de buscar la ayuda o asesoramiento de un psicólogo clínico.
¿Por qué damos tantas vueltas a la hora de consultar a un conocedor de la mente, a pesar de que su ayuda nos permitiría salir con más facilidad y rapidez de nuestros dolores del alma?.
“Ello suele suceder porque asociamos el acudir a un psicólogo con reconocer que padecemos graves desórdenes mentales, o porque nos resistimos a comunicar a un desconocido nuestros problemas más íntimos. También ocurre porque nos asusta mostrarnos tal cual somos, con nuestras sombras, frustraciones, obsesiones, complejos, inseguridades o debilidades”, según la psicóloga clínica Laura García Agustín.
De acuerdo a la directora del Centro ClaveSalud, algunas personas también suelen demorar o eludir la consulta psicológica “debido a que no quieren poner en entredicho su fortaleza mental, sensatez o lucidez, o incluso debido a que las palabras psicólogo y psiquiatra todavía se asocian a términos como ‘loquero’ o ‘médico de los locos’, aunque estas distorsiones y prejuicios afortunadamente ya van desapareciendo”.
Por estas y muchas otras razones muchas personas postergan continuamente y muchas veces evitan el acudir con toda tranquilidad y confianza al psicólogo para que les ayude a hallar salidas y soluciones a sus conflictos y malestares.
“Cuando una persona decide acudir a un psicólogo, lo hace generalmente tras un largo proceso de dudas y reflexión”, señala la experta, que señala que los problemas más habituales tratados en la consulta son los trastornos de ansiedad (fobias, angustia y obsesiones), las compulsiones, la depresión, el estrés, el estrés postraumático, los procesos de separación y divorcio y los problemas de relación interpersonal, pareja y sexualidad.
Según la directora de ClaveSalud, un psicólogo clínico es un experto del comportamiento humano. Su intervención se realiza con personas que se encuentran en un momento difícil de su vida o que se enfrentan a un problema que precisa del análisis y el asesoramiento de un especialista”.
Para ello, “el psicólogo cuenta con un amplio arsenal de estrategias y herramientas que le permiten realizar una evaluación del problema, emitir un diagnóstico y proponer un tratamiento para abordar los problemas de sus pacientes y para ayudarles a entender los motivos de su malestar”, explica.
De acuerdo a García Agustín, “el psicólogo ha de establecer en consulta un adecuado clima de confianza y comunicación para facilitar que el paciente cuente sus problemas más cómodamente. También ha de garantizarnos confidencialidad y comprensión”.
¿Cuándo es conveniente acudir a un psicólogo? Según esta experta, “podemos ir siempre que deseemos potenciar nuestras habilidades y recursos personales o cuando necesitemos algún tipo de asesoramiento puntual sobre alguna cuestión personal o profesional. No es necesario tener un problema específico para acudir a un profesional”.
LOS TEMAS DE CONSULTA MÁS HABITUALES
En ocasiones ocurre que necesitamos ayuda o asesoramiento porque “sentimos tristeza, apatía y falta de ilusión para emprender o desarrollar las cosas que antes hacíamos sin dificultad, pensamos que nuestra vida ya no tiene sentido, o ya no nos gusta lo que hacemos y nos cuesta encontrar algo positivo en nuestras vivencias”.
También conviene acudir al psicólogo si “percibimos nuestro entorno y las cosas que nos rodean como amenazantes y nos sentimos solos, incomprendidos o desatendidos, si algo nos ronda la cabeza y no nos deja pensar con claridad ni desempeñar eficazmente nuestras rutinas”, señala la especialista.
Otra razón para buscar ayuda consiste en sentimos irritables por todo, perder el control de forma frecuente en situaciones cotidianas o notar síntomas como irritabilidad, cansancio, problemas de concentración, insomnio, dolor de cabeza y musculares, problemas digestivos, cardiovasculares o sexuales.
“Demorarnos en recurrir puede agravar un problema que, tratado a tiempo, podría haberse resuelto fácilmente”, según la psicóloga.
Además, en muchas ocasiones el malestar puede aliviarse en poco tiempo, como demuestra un reciente estudio español, según el cual la mayor parte de los pacientes que acuden al psicólogo tardan alrededor de seis meses en "superar el sufrimiento inútil" y en recuperar emocionalmente el control de sus vidas.
A los seis meses de tratamiento psicológico, los pacientes se sienten más ilusionados, más felices, más optimistas y su seguridad y confianza en sí mismos mejora. En conjunto, se encuentran un 120 por ciento más satisfechos a nivel personal.
Esto concluye un estudio realizado por Apertia y el centro de psicología Álava Reyes sobre 110 casos clínicos, con mujeres y varones de entre 39 y 41 años de edad.
La directora del centro, la psicóloga María Jesús Álava Reyes, considera que todos los pacientes van adquiriendo herramientas para entender y resolver sus problemas "y eso les lleva a considerar nuevos objetivos, que quizá no se encontraban entre sus metas iniciales".
"En algunos casos saben lo que necesitarían para conseguir sus objetivos, pero no saben cómo llevarlo a la práctica. En todo caso, la mayoría de las personas busca sentirse mejor, recuperar la ilusión y el bienestar psicológico", según la experta.
Para Álava Reyes, “los pacientes acuden a consulta con objetivos muy bien definidos y la mayoría los consiguen. Aunque los resultados son mejores a los seis meses del tratamiento, un trimestre es suficiente para comprobar una "importante mejoría que se mantiene e incrementa de manera progresiva". En esos primeros tres meses el paciente aprende a conocer e identificar sus puntos débiles y va adquiriendo nuevas herramientas.