Evaristo Carriego
¡De todo te olvidas! Anoche dejaste
aquí, sobre el piano, que ya
jamás tocas,
un poco de tu alma de muchacha enferma:
un libro, vedado,
de tiernas memorias.
Intimas memorias. Yo lo abrí, al descuido,
y
supe, sonriendo, tu pena más honda,
el dulce secreto que no diré a nadie:
a nadie interesa saber que me nombras...
Ven, llévate el libro,
distraída llena
de luz y de ensueño. Romántica loca..
¡Dejar tus amores
ahí, sobre el piano!
De todo te olvidas ¡cabeza de novia!
Evaristo
Carriego
Biografía: Evaristo Carriego nació en Paraná. Provincia de Entre Ríos, el 7 de
mayo de 1883, su familia era de largo arraigo en Entre Ríos. Su abuelo, que Carriego
recuerda en un relato, Recuerdo
de mi tiempo, fue guerrero y legislador de orgullosa trayectoria: "Cuando la
legislación del Paraná resolvió levantarle a Justo José de Urquiza una estatua en vida, el único diputado
que protesto fue el doctor Carriego, en oración hermosa aunque inútil..."
(Jorge Luis Borges, Evaristo Carriego. Buenos
Aires, 1930).
Durante su niñez, se traslada junto a su familia al barrio porteño de Palermo (barrio de compadritos).La suya es,
desde entonces, una existencia lineal, sin exabruptos, sin hitos memorables.
Vivió de ciertos cariños íntimos, del amor de una muchacha muerta, de los amigos
seguros. Visitó redacciones y revistas, anarquistas algunas -anarquizantes, como se
autoadjetivaría Carriego en un relato-, como La
Protesta. Allí conoce a Juan Más y Pi, quien, junto
con Marcelo del Mazo, será un amigo
cercano y comprensivo. Son años de discusiones sobre las ideas importadas y la
literatura que se está haciendo: "...el centro aquel tan curioso -dice Más y
Pi-, que se constituía en la redacción de La Protesta, que era entonces,
un diario anarquista simple de ideas, donde se hacía más literatura que acracia,
y donde el encanto de una bella frase valía más que todas las aseveraciones
de Kropotkin o de Jean
Grave".
Carriego vivió en este Buenos
Aires con la seguridad de ser poeta y la
urgencia del reconocimiento: "Imponía sus versos en el café -dice Jorge Luis
Borges en la obra citada-, ladeaba la conversación a temas vecinos de los
versificados por él. Participó, con sus urgencias, del ambiente literario de la
primera década del siglo XX, frecuentó los cafés famosos, se desveló hasta la
madrugada en las reuniones de escritores, pero se iba alejando lentamente, como
volviendo hacia un centro único de interés: "En vez de amplificar más cada día
su campo de observación -añade Jorge Luis Borges-, Carriego
parecía complacerse en reducirlo. Me basta con el corazón de una
muchacha que sufre, dijo cierto día en el ardor de una discusión". Su vida
se constituyó así como su poesía, con elementos primarios y simples y fue vida
breve: muere el poeta, a los 29 años, el 13 de octubre de 1912,
tísico.
Publica su primer libro de poemas, Misas herejes, en 1908. Comienza
su vida poética con inevitables influencias que se delatan ya desde el título:
ecos del satanismo de moda, de raíz baudelairiana, en esa reducción ad absurdum del misticismo por la paradoja, misas y
herejes. Casi todo es herencia y retórica de escuela en este libro, dividido en
5 secciones, de clara tendencia modernista. Luego vienen El alma del suburbio y La canción del barrio en la cual operan todos los arquetipos
que constituirán su mitología personal y porteña, donde de destacan los guapos,
los cafés, el barrio, etc. Todos ellos publicados póstumamente. Una calle de
Buenos Aires lleva su nombre en su homenaje.