- Ya sé !!!. Su oso.
- Eso. Su oso.
- ¿Y?
- Mañana, cuando el verdugo termine conmigo, el zar perderá su única oportunidad para conseguir que su oso hable.
- ¿Tú eres entrenador de osos?
- Un viejo secreto familiar... - dijo el sastre - Pobre del zar.....
Deseoso de ganarse los favores del zar, el pobre guardia corrió a contarle al soberano su descubrimiento:
El sastre sabía enseñarle a hablar a los osos !!
El zar estaba encantado. Mandó a buscar inmediatamente al sastre y cuando lo tuvo frente a sí le ordenó:
- Enséñale a mi oso nuestro lenguaje!!
El sastre bajó la cabeza u dijo:
- Me encantaría complacerte ilustrísima, pero enseñar a hablar a un oso es una tarea ardua y lleva tiempo... y lamentablemente, tiempo es lo que menos tengo...
- ¿Cuánto tiempo llevaría el aprendizaje? - preguntó el zar.
- Depende de la inteligencia del oso...
- El oso es muy inteligente!! - interrumpió el zar - De hecho es el oso más inteligente de todos los osos de Rusia.
- Bien, si el oso es inteligente... y siente deseos de aprender... yo creo... que el aprendizaje duraría... duraría... no menos de... DOS AÑOS.
El zar pensó un momento y luego ordenó:
- Bien, tu pena será suspendida por dos años, mientras tú entrenas al osos. Mañana empezarás!
- Alteza - dijo el sastre - Si tú mandas al verdugo a ocuparse de mi cabeza, mañana estaré muerto, y mi familia se las ingeniará para sobrevivir. Pero si me conmutas la pena, ya no tendré tiempo para dedicarme a tu oso... deberé trabajar de sastre para mantener a mi familia...
- Eso no es problema - dijo el zar - A partir de hoy y durante dos años tú y tu familia estarán bajo protección real. Serán vestidos alimentados y educados con el dinero del zar y nada que necesiten o deseen les será negado... Pero, eso sí... Si dentro de dos años el oso no habla... te arrepentirás de haber pensado en esta propuesta... Rogarás haber sido muerto por el verdugo... ¿Entiendes, verdad?.
- Si, alteza.
- Bien... Guardias!! - gritó el zar - Que lleven al sastre a su casa en el carruaje de la corte, denle dos bolsas de oro, comida y regalos para sus niños. Ya... Fuera!!!.
El sastre en reverencia y caminando hacia atrás, comenzó a retirarse mientras musitaba agradecimientos.
- No olvides - le dijo el zar apuntándolo con el dedo directamente a la frente - Si en dos años el oso no habla...
... Cuando todos en la casa lloraban por la pérdida del padre de familia, el sastre apareció en la casa en el carruaje del zar, sonriente, eufórico y con regalos para todos.
La esposa del sastre no cabía en su asombro. Su marido que pocas horas antes había sido llevado al cadalso volvía ahora, exitoso, acaudalado y exultante...
- Estás LOCO - chilló la mujer - enseñar a hablar al oso del zar. Tú, que ni siquiera has visto un oso de cerca. Estás loco. Enseñar a hablar a un oso... Loco, estás loco...
- Calma mujer, calma. Mira, me iban a cortar la cabeza mañana al amanecer, ahora tengo dos años... En dos años pueden pasar tantas cosas...
En dos años... - siguió el sastre - se puede morir el zar... me puedo morir yo... y lo más importante... por ahí el oso habla!!!