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Vivo sin vivir en mí Y tan alta
vida espero Que muero porque no muero.
SANTA TERESA DE ÁVILA
Vivo sin vivir en mí, y de tal manera espero, que muero, porque no
muero.
SAN JUAN DE LA
CRUZ
VIVO SIN VIVIR EN MÍ
Vivo sin vivir en mí, y tan alta vida
espero, que muero porque no muero.
Vivo ya fuera de mí, después que
muero de amor; porque vivo en el Señor, que me quiso para sí: cuando el
corazón le di puso en él este letrero, que muero porque no
muero.
Esta divina prisión, del amor en que yo vivo, ha hecho a
Dios mi cautivo, y libre mi corazón; y causa en mí tal pasión ver a
Dios mi prisionero, que muero porque no muero.
¡Ay, qué larga es esta
vida! ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel, estos hierros en que el
alma está metida! Sólo esperar la salida me causa dolor tan fiero, que
muero porque no muero.
¡Ay, qué vida tan amarga do no se goza el
Señor! Porque si es dulce el amor, no lo es la esperanza larga: quíteme
Dios esta carga, más pesada que el acero, que muero porque no
muero.
Sólo con la confianza vivo de que he de morir, porque
muriendo el vivir me asegura mi esperanza; muerte do el vivir se
alcanza, no te tardes, que te espero, que muero porque no
muero.
Mira que el amor es fuerte; vida, no me seas molesta, mira
que sólo me resta, para ganarte perderte. Venga ya la dulce muerte, el
morir venga ligero que muero porque no muero.
Aquella vida de
arriba, que es la vida verdadera, hasta que esta vida muera, no se goza
estando viva: muerte, no me seas esquiva; viva muriendo primero, que
muero porque no muero.
Vida, ¿qué puedo yo darle a mi Dios que vive en
mí, si no es el perderte a ti, para merecer ganarle? Quiero muriendo
alcanzarle, pues tanto a mi Amado quiero, que muero porque no
muero.
TERESA DE JESÚS
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