Ya quisiera el alma con la fragilidad del cisne, navegar por las sutiles ondas del estanque, donde subyace oculta bajo el agua, la conciencia que desde su interior, late.
Esa mirada, fría cual la escarcha, revelando impasibilidad y juicio es la que se detiene en el espejo y acusa de inactivo al sujeto, que hace caso omiso de la fragilidad del tiempo.
Y es mutuo el acuerdo llegado a los extremos, de ansiar cambiar el rumbo de los hechos, aún sin conocer rutas, que vislumbren al impensable puerto. Balizas son los faros encendidos...
por el espiritu febril y aventurero de querer hallar destino bien dispuesto a expensas de amor y buen dinero. ¡Claro es! todo no puede darse en esta viña; siempre habrá obstáculos...
flotando a la deriva. Aunque aún así, valga la pena jugarse en el intento y lograr confianza por rodeo; que todo cuanto hallamos hecho de bonanza, será del deseo ardiente, su sueño verdadero.
Autora: FILOMENA MARTURANO Derechos reservados
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