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EL PROFESOR FUGAZ
Sus encuentros son escasos: él viaja por el mundo, conoce a miles de personas, tienes multitud de compromisos, su agenda debe estar más que completa, pero una vez al año suelen coincidir en un mismo lugar común a su profesión.
Ella le admira, adora su espontaneidad, su forma de simplificar, su extroversión, su entusiasmo en todo lo que expone, su resolución, sus despistes, que siempre le hacen sonreír.
Cuando le escucha siente que por una ventana entra la alegría, que se abre de nuevo ese otro mundo de luz que un día ella dejó atrás con enorme tristeza.
La magia le envuelve y siente que es la de antes, con aquella mirada plateada de la que no es consciente hasta que el profesor se la devuelve con un aire varonil, ese aire penetrante que hace volver la cabeza a alguien que está delante de ella para curiosear sobre su complicidad.
Ella entonces recuerda otros tiempos en otro espacio, en otro lugar, pensando que el mundo gris a veces se llena de luz y color.
Él seguirá volando alto con sus conocimientos y buen hacer, ella intentará poner en práctica todo lo aprendido hasta que se vuelvan a reunir en otro encuentro fugaz.
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