Aprecia el valor .
Tanto deseo besas tus labios
que se queda reseca mi boca.
Anhelo el fulgor de los tuyos
para dislocarme en tus besos.
Quiero saborear tu humedad.
Lograré refrescarme en ella,
para finalizar con este delirio
que siento cuando te avecinas.
Si pudiera acariciar tu rostro,
aunque fuera por un intervalo,
calmaría enseguida este placer
que está rematando mi cuerpo.
Si estuvieras siempre conmigo,
te daría inmensidad de mimos.
Ya que con el corazón no puedo,
te doy estos muchos "te quiero".
Si entendieras mis pensamientos
como antes de tu idas y regresos,
no me desatenderías un momento
para irte, y dejarme después sola.
Que opaca está hoy mi existencia.
Aunque todavía estás en mi pecho,
tengo que reprimir mis emociones
y no dañar mi alma con tu despego.
Amelia Moncada Georgiades.