Aquella explosión
de sentimientos
que no cabían
en la luna
Aquel ir y venir de sueños
Aquello que tenía
ojos dulces
como el destino
Aquellos larguísimos viajes
imaginarios
donde cada kilómetro era
una carícia
un beso
un cielo distinto
Aquel juramento eterno
Aquellas cosas que eran
de nuestras almas
y de nadie más
Aquello que pudimos ser
y nunca fuimos.
Para decirlo de una vez por todas
aquella explosión
de sentimientos
que no cabían en la luna
tampoco caben
en este intento
de olvido que enciendo
todas las noches
para que la vida
transcurra y derrame
simplemente una lágrima
de nostalgia
Aporte de: gustavo monti.