Quizás me ves, tal vez, acaso un día, en una lámpara apagada, en un rincón del cuarto donde duermes, soy la mancha, un punto en la pared, alguna raya que tus ojos, sin ti, se quedan viendo.
Quizás me reconoces como una hora antigua cuando a solas preguntas, te interrogas con el cuerpo cerrado y sin respuesta.
Soy una cicatriz que ya no existe, un beso ya lavado por el tiempo, un amor y otro amor que ya enterraste.
Pero estás en mis manos y me tienes y en tus manos estoy, brasa, ceniza, para secar tus lágrimas que lloro..