Soy imperfecto en el amor;
porque sólo amo a los que me gustan,
cuando debería amar a todos.
Soy imperfecto en mis razonamientos,
porque sólo entiendo lo que me conviene,
y a veces pienso que la razón me pertenece.
Soy imperfecto en la comunicación;
porque creo que sólo lo mío es importante,
cuando hay tanto que escuchar.
Soy imperfecto en mi manera de ver;
porque sólo le presto atención a lo que para mí es bello,
aún sabiendo que todo tiene su lado hermoso.
Soy imperfecto en mi manera de creer; porque creo lo que me interesa, y no sé esperar confiadamente.
Soy imperfecto en mi madurez;
porque me aferro sólo a lo que tengo y conozco,
aún sabiendo que desprendiéndome de esas cosas,
será más fácil caminar hacia la grandeza.
Soy imperfecto a la hora de bendecir al prójimo; porque me avergüenza que sepan que tengo fe,
aún sabiendo que cada vez que lo hago,
sea de la forma que sea,
mi corazón se llena de gozo y de vida.
Señor, ayúdame a superar mi imperfección y tú amigo,
trátame como a un igual.
No me catalogues, no soy un objeto.
No me etiquetes, no soy mercadería.
No me juzgues, no soy tu acusado.
No me acuses, no eres mi fiscal.
No me condenes, no eres mi juez.
No me enmarques, no soy un espejo ni un cuadro.
No me definas, soy un misterio.
No me minimices, soy más complejo de lo que crees.
No me divulgues, no soy un producto o una cosa.
No me vulgarices, soy alguien muy especial.
No me apuntes, no soy un blanco de tiro.
No me idolatres, no soy un ídolo.
No me calumnies, tengo el derecho a la verdad.
No me difames, tengo el derecho de ser quien soy.
No me encierres en esquemas, soy más libre de lo que te imaginas.
No creas demasiado en mí, soy falible.
No dudes siempre de mí, soy más verdad que error.
Recuerda siempre que:
Soy una persona como tú.
Soy humano como tú.
Soy limitado como tú.
Soy hijo de Dios como lo eres tú.
“Señor, yo no quiero esta discapacidad en mí, quiero ver con tus ojos”