Dos luces que alumbran en todo camino, antorchas que brillan con calor y verdad. Luceros que marcan el cierto destino, dos fuerzas que crecen en la libertad. La una nos nutre de amor y de vida, nos alza, si caídos, nos halla al pasar. Deshace las sombras, nos abriga del frío, haciéndose intensa en la oscuridad. Crece en la medida del abatimiento, es luz, que en el rezo, halla claridad. Es la fe que sostiene la cruz y su peso, la que al doblegado hace levantar. La otra se enciende cuando la primera, desde su destello, nos deja mirar, que somos capaces ante todo intento, que en toda batalla habrá de brillar, ambas son estrellas que alumbran adentro, las dos son sustento, amor y verdad. La fe superior que humildes buscamos, cuando inclinados, rogamos en paz. La fe en nosotros que vamos creciendo, como hijos que al padre saben escuchar. Las dos son estrellas que en el firmamento de la vida brillan, guiando el caminar.
DE LA RED
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