Se acabaron las vacaciones y los maravillosos días de descanso. Sólo pensar en la idea de volver a la rutina, a la falta de tiempo libre y de ocio puede agobiarnos. Es el llamado estrés posvacacional. Se calcula que afecta al 40% de las personas y mucho más a las que están insatisfechas con la vida que llevan. Porque la vuelta de las vacaciones es la vuelta a la realidad.
El estrés posvacacional es un estado psicológico transitorio que suele durar entre 3 y 10 días, justo el tiempo que el organismo necesita para adaptarse a las nuevas condiciones. Afecta más a las mujeres que a los hombres que se readaptan con mayor rapidez y, laboralmente, a personas con puestos administrativos de cara al público.
En general este estado de decaimiento suele ir acompañado de cansancio, tristeza y apatía, ansiedad, menor capacidad de comunicación, falta de concentración y creatividad, alteraciones del sueño y del apetito. A veces se complica con síntomas en nuestro cuerpo como molestias gastrointestinales, dolores de cabeza e insomnio.
¡Cuidado que se contagia! El estrés genera tensiones en los que están alrededor. Provoca tensión arterial, potenciando enfermedades coronarias e interfiriendo en las funciones del cerebro. Además, la glándula pineal, que se activa para producir melatonina cuando no hay luz, tiene más trabajo en las épocas de otoño e invierno, ya que las horas de luz disminuyen. ¡Acaba con él!
TERAPIA DE CHOQUE
Prepara un plan de choque para superar el "bajón" posvacacional para estos primeros días de readaptación a la vida normal. Levanta en ánimo en 4 pasos:
- Expime las horas de luz, haz planes y muévete. Del trabajo a casa y de casa al trabajo, esta rutina puede minar tus ánimos, necesitas moverte, aprovechar las horas de luz que quedan y seguir haciendo planes fuera de casa para no sentirte "enjaulada" en las obligaciones. Exprime las cosas agradables: paseos por la tarde-noche, cine, salir a comer fuera, excursiones de fin de semana... El ejercicio te ayudará a liberar tensiones, si es a primera hora y al aire libre mejor que mejor.
- Dieta revitalizante. Ayúdale a tu organismo a afrontar el día a día con una dieta rica en alimentos de la tierra llenos de energía, minerales y vitaminas (ensaladas, menestras, cremas y purés de verduras y hortalizas, zumos y frutas) y fuentes de triptófano que ayudan al cerebro emocional: plátanos, cereales integrales, nueces, legumbres, chocolate...
- Momentos relax. Dedica un rato cada día para ti y concédete momentos de relax para darte un baño con sales relajantes, para tumbarte a leer un rato un libro interesante, escuchar música...
- Regula tu sueño. En vacaciones dormimos más horas y se altera nuestro reloj interno. Con la vuelta a la normalidad conviene reajustar los horarios y meterse todos los días pronto y la misma hora a la cama. Regular el sueño te ayudará a recargar las pilas para afrontar el día con más energía. Dormir bien es uno de los grandes antídotos del estrés y la tristeza.