Oscuras paredes de olvido envuelven,
miradas que se disuelven en el tiempo.
Quedan tan solo extraviados reflejos,
que a sus vidas y palabras recuerden.
Estrellas que con su luz agotándose,
comienzan a brindar su ultimo suspiro.
Gentes que no quedaron en el corazón,
estáticas gravadas por siempre.
En la vida la memoria transcurre,
con segundos que se hacen eternos.
Mientras años pueden irse olvidando,
en nuevos afanes de lo moderno.
Hay miradas y labios de mujeres,
que permanecerán para siempre.
Aun en el pecho del mas fuerte,
¡sus marcadas huellas permanecen!
Javier R. Cinacchi