De aquí hasta el fin.
¡Te quiero hasta la muerte!
Con cada gota de sangre
que circula por mis venas,
con cada fibra de un alma
que vive sólo por ti;
con cada febril latido
de un corazón redimido
por tu paz y tu calor.
¡Te quiero de aquí hasta el fin!
Te quiero con la esperanza
de nunca verte partir;
te quiero con la confianza
del tiempo que hemos vivido
con nuestros seres unidos
en un tierno coexistir.
Te quiero con el anhelo
de prolongar este cielo
que ambos logramos construir;
te quiero con cada aliento
y aún sigo de ti sediento
por todo el resto del tiempo
que nos queda por vivir.
Te quiero con la insistencia
que tu amor me ha demostrado,
y sigo tan enamorado
de ti y de tu dulce abrigo
que, humilde, le pido a Dios
que te conserve conmigo,
para seguirnos amando
en un dichoso porvenir.
Eduardo Ritter Bonilla