Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

NUESTRO MUNDO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ☼General☼ 
 ☼Normas d Nuestro Mundo☼ 
 ☼Oremos☼ 
 ☼Nuestra Capilla☼ 
 ☼Cumpleaños☼ 
 ☼Reflexiones☼ 
 ☼Poesías y Poemas☼ 
 ☼A cocinar!!☼ 
 ☼Ofrecimientos de firmas☼ 
 ☼Retirar firmas☼ 
 ☼Grupos Amigos☼ 
 Rincón de Juanito (Sus Rutas Antiguas) 
 
 
  Herramientas
 
General: DIARIO DE UNA CANCIÓN
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: MARILU9268  (Mensaje original) Enviado: 14/09/2011 02:42

 

 

Diario de una canción

"Esta mañana arrojé el diario contra la pared.

No estoy segura de por qué lo hice.

Antes pensaba que los periódicos se centraban

en las tragedias, pero ahora sé que lo único que

les atrae es la violencia, que la muerte sin ella

no interesa, por más que sea colectiva y te

deje sola, que es la tragedia más grande que

hay". Así comenzaba el diario personal de Eriel,

el que durante una década estuvo a la venta

en una feria callejera de objetos usados,

el que nadie compró al ojear sus primeras páginas

y el que hace dos semanas fue adquirido por el Reina

Sofía al conocer el contenido de todas las demás.


Cabe puntualizar que las notas no eran registradas

con fechas, pero dicho documento adquiere la

categoría de diario, y no de libro de apuntes,

porque Eriel, cada vez que escribía, señalaba

si era un lunes, jueves o sábado; envolviendo

una historia lineal en una secuencia circular de

días de la semana. Sin embargo, por los datos

registrados y las averiguaciones realizadas por la

actual institución propietaria, se estima que

las vivencias descritas transcurrieron entre 1974 y 1979.


Un viernes en el que Eriel cayó en una de sus

recurrentes depresiones, fue socorrida por un débil

recuerdo extraído de su infancia, cuando sus padres

 le aplacaban sus ganas de ser mayor, cantándole:


"Si de verdad quieres crecer y no 
envejecer
nunca vayas deprisa ni tampoco lento
el secreto es ir a la inversa del tiempo
pero nunca deprisa ni tampoco lento
sólo hay que ir a la velocidad del tiempo
para así comenzar a crecer y no envejecer

El que acelera el paso descubre la nostalgia
el que se queda en el momento se queda
mas el que decide crecer conservando al niño
avanza hacia atrás recuperando su inicio
y los recuerdos que traspasan el ombligo (bis)...".

Cuando era niña no le prestaba mucha atención a la letra,

sólo se dejaba llevar por la melodía que la hacía sentir

arropada por un hogar. Recordaba algo más que

la voz cálida de sus padres, recordaba cada uno

de los instrumentos que armonizaban la letra;

y, envuelta en esas sensaciones, comenzó

a sentirse bien, verdaderamente bien. Era

como si el recuerdo pasara a ser un presente

que la introducía en un espacio donde la tristeza

y la rabia estaban prohibidas. No obstante, el hambre

y luego el sueño la sacaron de su burbuja,

pero la sonrisa se quedó en su rostro.


A la mañana siguiente, Eriel se despertó con la

firme idea de conseguir esa canción

-cruzada que marcó el interés del museo por el diario-.

 Recorrió todas las discográficas de su ciudad sin éxito,

y tampoco lo tuvo al preguntarle a sus amigos y

conocidos. A raíz de eso, dejó su trabajo, cogió una mochila

y recorrió todos los países hispanohablantes

durante unos cuatro años.


Debido al desconocimiento de los entendidos,

y no entendidos, decidió preguntarle a cualquier

desconocido si le sonaba esa canción

(Eriel estaba segura de que no era una canción

inventada por sus padres, porque recordaba

con claridad la música, y ellos no sabían tocar

ningún instrumento ni mucho menos componer).

Así que Eriel se ingenió muchas formas para

llegar a la gente y otras tantas para conseguir financiación,

que fueron narradas hasta la penúltima página del diario. 


Coordinó una serie de obras con el Teatro de

los Andes para adentrarse en decenas de comunidades

recónditas, convenció a Alberto Spinetta y a

Mercedes Sosa para realizar actuaciones en varias

ciudades y pueblos de Argentina... y montó

un centenar de acciones con actores callejeros y músicos

de 18 países. Pero ninguna persona le dio lo que buscaba.


Al terminar su diario, en el lunes final, Eriel escribió:

"Convencida de que yo era quien le había puesto

instrumentos a esa canción familiar, decidí irme a

cualquier parte. Estiré la mano y un autobús amarillo

se detuvo. Había un asiento vacío junto a la ventana,

al lado de un niño que llevaba un mandil con el

nombre Gonzalo bordado en el pecho. El bus comenzó

a moverse mientras yo no podía retener las lágrimas

de impotencia, de fracaso. Traté de animarme

para no llamar la atención y por manía comencé a tararear

la melodía de mi canción. Y ese niño, Gonzalo,

comenzó a cantar, y le siguió un joven canoso,

y después un hombre muy arrugado que estaba delante,

y siguieron todos los demás, hasta el chofer.

 Era hermoso escucharlos...

El que acelera el paso descubre la nostalgia
el que se queda en el momento se queda
ninia_escribiendo.gif
mas el que decide crecer conservando al niño
avanza hacia atrás recuperando su inicio
y los recuerdos que traspasan el ombligo
Si de verdad quieres crecer y no envejecer
recuerda que el juego es el principio de todo
y recuerda que ser parte es el único modo
pero es necesario que recuerdes ante todo
que sin arrugas nunca encontrarás el modo
de retomar las huellas para no envejecer...

Y mientras los escuchaba, me di cuenta

de que el bus avanzaba marcha atrás".

DE LA RED 









Primer  Anterior  2 a 5 de 5  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: yanely Enviado: 14/09/2011 13:38

Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Paqui Enviado: 14/09/2011 17:29

Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: ♥ ALEGRIA ♥ Enviado: 14/09/2011 18:38

Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: DULCEPOEMA Enviado: 14/09/2011 23:38


Primer  Anterior  2 a 5 de 5  Siguiente   Último  
Tema anterior  Tema siguiente
 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados