Tu puerto lejano.
Anoche decidí por fin partir de tu puerto, He levado el ancla que dejé encallada en tus sueños, Parto con mis velas rotas y mi barca maltrecha Pero con el viento en popa a mi favor. Mi camino es largo sobre el mar de mis anhelos Y aún se es inmenso mi dolor, navegaré sin miedo Pues ahora baso mi fortaleza en éste amor propio Y por ti no tocaré el fondo de nuevo.
No conozco mi destino aún, no se cuanto he de tardar Pueden ser horas, minutos, o quizás una eternidad, Ya no temo al horizonte que diviso pues Hoy el sol en mi vuelve a brillar.
Aunque he tirado la brújula de mi desventura Sé que voy por buen camino pues me acompaña Como siempre mi confidente, mi luna amiga, aquella Que con tristeza iluminó mi soledad y ahora mi partida.
He superado al fin la tormenta de tus desaires Y la tromba de tus desplantes ha desbastado Mis sueños de cuidarte y adorarte, pero ya no siento Por ti odio, después de ti he aprendido a valorarme. Navego con bandera de ilusión asida al asta de mi esperanza Y aún mi camino sea largo, oscuro y con oleadas El aire fresco que respiro ahora me huele a paz Y a mi libertad que en ti buscaba.
Y hoy por fin con desazón he logrado desterrarte de lo mas profundo de mis entrañas, y si bien de soledad he de morir no naufragaré, ni volveré a anclarme en tus turbias aguas.
Carlos Valderrama Perez .
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