Para ser más de ti he querido estrenarme por la fiebre, sofocar los aleros de tu risa, reventar como un trueno.
Encenderme o morir anónima en tu vértigo, para ser más de ti.
Para ser menos mía y de las cosas he querido velarme por tu anchura, deshabitarme entera por dentro de tu piel y de tu sangre y anclarme donde el mar derrota sus fronteras.
He querido, escalando hasta tu vértice, recorrer el oleaje de tu boca, trazarme geometria más allá del abismo y de la esfera, circular por tu puño, exactamente, hasta hacerme destino de tu mano.
Ceñido, como un tacto por la piedra, me alcanza el alambique de tus ojos, súbito y necesario como un rezo.
Desertora de venas transitivas he querido vivirte, amor, para vivirte, para ser más de ti, para oficiarte, amor, sobre la Vida.
He querido, escalando hasta tu vértice, recorrer el oleaje de tu boca, trazarme geometria más allá del abismo y de la esfera, circular por tu puño, exactamente, hasta hacerme destino de tu mano.
Ceñido, como un tacto por la piedra, me alcanza el alambique de tus ojos, súbito y necesario como un rezo.