Hay esperanza en tus ojos de media noche, en tus manos que escriben, en tu rostro que no finge, y en tu corazón lleno de ilusiones. Hay esperanza en las canas del viejo, llenas de sabiduría y paciencia, de años de vivencias y de pasos seguros aunque lentos. Hay esperanza en los sueños del niño que juega con las nubes que deja su boquita engrudada [...] |