Si sufres, no te enojes con Dios, sino pídele fuerzas.
Si lloras de dolor, no abandones Su camino, sino síguelo con más fe y convencimiento.
Si te ves envuelto en un diluvio que azota tus sentidos, pues será Él quien te rescatará y cubrirá de pétalos tu alma cansada.
Si la duda y la desesperanza se apoderan de tu corazón, levanta tu mirada hacia el Señor, pues sólo Su amor aliviará tus penas.
Si sientes que el miedo está a punto de vencerte, abrázate a Dios, pues sólo Él reconfortará tu alma.
Si te sientes hambriento, sigue luchando, porque Dios es el Pan de Vida.
Si te encuentras inmerso en profundas tinieblas, acércate a Jesús, porque Él es la Luz del Mundo.
Si estás perdido, no temas, pues Dios es el Buen Pastor que te guiará.
Si no encuentras la salida en el solitario laberinto de tus penas, arrodíllate, porque Dios es la Puerta; y todo aquél que entre por Él se salvará.
Si te sientes solo, y crees que no puedes contar con nadie, te EQUIVOCAS, porque Jesús está a tu lado; es tu Amigo.
Hermano, no cierres tu corazón, y dirígete sin miedo al Señor, pues Él te guiará con su amor y sabiduría; aliviará tu dolor, e iluminará tu alma, porque sólo Él es tu GRAN AMIGO;
¡¡Sólo Él es fiel
siempre!!
DE LA RED