Cuando era niño en alguna ocasión caminé con mi padre mientras él me tomaba por la mano de derecha. Su mano fuerte y cariñosa me daban seguridad y ánimo. Mi corazón se llena de seguridad, porque Dios también me toma de la mano derecha para llevarme por todos los parajes y caminos preparados para mi donde me esperan sorpresas. Serafín Contreras G.
Porque tú, oh Señor , eres mi esperanza, Seguridad mía desde mi juventud.
En ti he sido sustentado desde el vientre; De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será siempre mi alabanza. Salmos 71: 5,6.