Me diste el derecho de nacer Mi refugio son tus brazos, tu calor y tu querer tu mirada tierna y dulce, es como dos luceros en pleno anochecer, guiando mi camino, para no dejarme perder.
Me diste el derecho de nacer Me enseñas a vivir para no dejarme vencer a alcanzar mis sueños, para no perder la fe.
Gracias, por quererme, cuidarme y saberme comprender ¡Madrecita! Mi consentida siempre has de ser.