Y nosotros hemos recibido,
no el espíritu del mundo, sino
el Espíritu que viene de Dios,
para que conozcamos lo
que Dios nos ha dado gratuitamente. — 1 Corintios 2:12
Tu fe en Jesús, y la obra de la gracia que
Él realizó al morir por ti en la cruz,
asegura tu eternidad. La Expiación
fue hecha, consumada para todos los tiempos.
Nada es más grande para nosotros,
o más imposible de lograr
por nosotros mismos que nuestro perdón eterno.
Si Dios lo hace gustosamente, teniendo
el deseo y las riquezas para hacerlo
por nosotros, piensa en cuánto más quiere
hacer Él por nosotros. Habiendo dado
la vida de Su Hijo libremente, no tendría
sentido que nos dijera que el resto nos toca a nosotros.
No. Él quiere continuar dándonos y
haciendo cosas por nosotros por Su gracia .
Él quiere llenar nuestras vidas diarias con
Sus hechos de gracia, Sus inexplicables
regalos de bondad para cambiar las situaciones de nuestras vidas.
Por gracia, Él quiere sanar nuestras
enfermedades, satisfacer nuestras
necesidades, restaurar nuestras familias y quitarnos nuestro dolor.
Dios nos extiende gracia con un perdón
total y eterno para que nos dirijamos
a Él, y no a nosotros mismos,
para las necesidades de nuestras vidas diarias.
Él que no eximió ni a Su propio Hijo,
sino que lo entregó por todos nosotros,
¿cómo no nos concederá también
con Él todas las cosas? — Romanos 8:32
Hoy..Veré su gracia como mi porción diaria y en eso me gozaré.
Señor, Que bueno es saber que junto a este
otro día yo puedo ver esa gran porción
de gracia. Te adoro y te sirvo con
todo mi corazón. En el Nombre de Jesús. Amén