El sabor de tu mirada,
una noche amarga y fría.
La fragancia de tu cuerpo,
soñando que eras mía.
El color del sufrimiento,
una triste melodía.
El pesar de mi lamento,
mientras mi alma se partía.
Revelarte un secreto,
escribirte mil poesías.
Amarte para siempre,
aun sabiendo que te irías.
Ruego al mar y ruego al viento
Dios del Sol, fuego eterno
cada día, cada momento,