Todos los dias rezo esta oracion al levantarme:
Oh Dios, no me atormentes mas. Dime que significan estos espantos que me rodean. Cercado estoy de monstruos que mudamente me preguntan, igual, igual, que yo les interrogo a ellos. Que tal vez te preguntan, lo mismo que yo en vano perturbo el silencio de tu invariable noche con mi desgarradora interrogacion. Bajo la penumbra de las estrellas y bajo la terrible tiniebla de la luz solar, me acechan ojos enemigos, formas grotescas que me vigilan, colores hirientes lazos me estan tendiendo: ¡son monstruos, estoy cercado de monstruos!
No me devoran. Devoran mi reposo anhelado, me hacen ser una angustia que se desarrolla a si misma, me hacen hombre, monstruo entre monstruos.
No, ninguno tan horrible como este Damaso frenetico, como este amarillo ciempies que hacia ti clama con todos sus tentaculos enloquecidos, como esta bestia inmediata transfundida en una angustia fluyente, no, ninguno tan monstruoso como esa alimana que brama hacia ti, como esa desgarrada incognita que ahora te increpa con gemidos articulados, que ahora te dice:
Oh Dios, no me atormentes mas, dime que significan estos monstruos que me rodean y este espanto intimo que hacia ti gime en la noche. Damaso Alonso
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