“Sol y escudo es el Señor, Gracia y Gloria dará el Señor. No quitará el bien a los que andan en integridad. Señor de los ejércitos. Dichoso el hombre que en ti confía” Salmo 84:11,12
¿Quién me sostendrá hoy?. ¿Cómo podré caminar con seguridad si veo que el camino es estrecho, tortuoso y oscuro? ¿Cómo podré sentirme seguro cuando siento rugir las fuerzas del mal cerca de mi? ¿Cómo podré caminar con firmeza si las turbaciones parecen crecer? ¿A dónde elevaré mis ojos? ¿De dónde vendrá mi socorro?
Un aire fresco sopla en mi rostro y parece hacerme recordar que Dios es mi Sol que alumbrará mi camino y mi escudo que me protegerá.
Puedo levantar mi voz en alto y decir, No estoy solo, Estoy acompañado, Dios es mi fuerza, El Señor me cuidará. Aún el gorrión halla casa y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos. Cerca de tus altares oh Señor de los ejércitos.
Bienaventurados los que habitan en tu presencia perpetuamente te alabarán. Sol y escudo sigues siendo para mí Oh Señor! Tu brazo se extiende hoy, para tomarme de la mano y guiarme por los senderos que ahora son de luz y de seguridad.
Como no ha de estremecerse mi corazón. Hoy puedo lo que el Salmista dijo y quiero decirlo hoy con música de mi corazón.
Sol y Escudo es el Señor, quien por su gracia me libero Sol y Escudo es el Señor, quien por su gracia me libero Bienaventurado el hombre, cuyas fuerzas tiene en ti en cuyo corazón tus caminos siempre estas aún en medio de la angustia, lo levantara tu amor y para siempre en tu poder caminara.
“Señor, que más puedo pedir… No, no quiero ser un hijo que solo pide bendiciones y regalos de tu mano, si el mejor regalo que he recibido es tu luz y tu seguridad eres mi sol y mi escudo. Confiando siempre podré habitar seguro acerca de tus atrios Señor. Este día es una nueva oportunidad para sentir el calor vibrante de tu sol y la seguridad emocionante de tu escudo.
Bienaventurados todos los que esperan hoy y viven para ti. Cerca muy cerca de tu presencia quiero estar. En el nombre de Jesús tu hijo. Amén.