LA SANTÍSIMA CRUZ DE CARAVACA
Desde España a toda América se extiende el hilo milagroso de la Santísima Cruz de Caravaca, con millones de devotos que desde hace siglos le profesan una fe inquebrantable. El origen milagroso de la Santísma Cruz de Caravaca arranca del lejano año de 1232, cuando el sacerdote Ginés Pérez de Xirinos, cautivo de los moros de Caravaca (Murcia-España), al prepararse para celebrar la Santa Misa echó en falta la venerada reliquia que contenía un fragmento de la Santa Cruz en que murió Nuestro Señor, y que había desaparecido del lugar donde se encontraba habitualmente. Pidió, en aquel momento, con tanta devoción a Dios para que le fuera devuelta, que al instante aparecieron dos ángeles, en medio de un gran resplandor, que trajeron la Cruz por los aires. Fue testigo de tan milagroso acontecimiento el propio rey moro Zeit Abu Zeit, quien cayendo de rodillas, abrazó en el acto la fe cristiana.
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