Mira que soy tan pobre que no tengo ni siquiera otras
sandalias; y como ves están rotas e inservibles. ¿Podrías
tú reparármelas por favor?, porque no tengo dinero.
Dios le dijo entonces: Te puedo dar lo que quieras si me las
arreglas. El zapatero con mucha desconfianza dijo: ¿Me puedes
dar tu el millón de dólares que necesito para ser feliz?
Descarga esta diapositiva aquí: El Zapatero