Te miro, te siento.
a pesar de los mares que te alejan;
mi mente desvanece la isla en la que habitas
y la posa en los alares de mi casa.
Estás aquí en mi cielo, en mi estancia,
honrando al sinú con las gotas de tu esencia.
Amor distante:
Mi cumbia se ha vuelto adicta a tu sonrisa,
se subyuga palpitante en la luz de tu presencia.
Sabes a trópico, a tardes veraniegas,
sabes a mi, a mi médula,
hueles a mi cuerpo que te anhela,
porque fuiste bautizado con el plasma de mi sangre,
porque estás sembrado en mi boca que te espera.
Sarah Valentina