El siguiente paso en la transformación definitiva de san Nicolás en Santa Claus ocurrió el día 23 de diciembre de 1823, cuando apareció un poema en un diario de Nueva York, titulado Un relato sobre la visita de San Nicolás. Recién en 1862 se supo que lo había escrito Clement C. Moore, profesor de estudios bíblicos en Nueva York. En este poema se ensalzó el componente mágico del Nicolás de Irving y lo hizo más creíble. Cambio el trineo tirado por un caballo volador por uno tirado por renos. Lo describió como un tipo alegre, gordo y de pequeña estatura, asimilándolo a un gnomo. Y lo mas decisivo fue que Moore situó la llegada de Santa en la vigilia de Navidad, en lugar de suceder el 6 de diciembre. Gracias a este empuje, Washington Irving creo una sociedad literaria en honor al santo en 1835.
La imagen del gordo Santa Claus la detalló al máximo el dibujante Thomas Nast, que por Navidad publicó ilustraciones de Santa Claus en la revista Harper’s de 1860 a 1880. Nast añadió detalles como su taller en el polo norte y su vigilancia sobre los niños buenos y malos de todo el mundo. Él le dio el color rojo y su vestuario de pieles.
A fines del siglo XIX y principios del XX la costumbre del san Nicolás reinventado en Nueva York, se fue extendiendo por casi toda Europa. Fundo sus bases en Gran Bretaña como Father Christmas o Padre Navidad, y de ahí pasaría a Francia bajo el nombre de Père Noël o papa Navidad, del cual derivaría Papá Noél, como se lo conoce en España, Argentina y gran parte de América latina. En realidad no hizo mas que readaptarse a las antiguas costumbres de san Nicolás u otros repartidores de regalos.