LLUVIA
Sobre el rostro del tiempo desvaído
caen, limpiando el aire, cual cuchillos
diminutos de pinos,
las afiladas gotas de la lluvia.
¡Oh la lluvia, desnuda, leve, pura,
difuminando cuerpos
tangibles en sus manos!
¡Oh la lluvia color de primavera
sazonando la fruta
que muere entre los labios!
¡Oh la lluvia, humedad feraz y vida,
raíces desde el cielo,
mojándonos el alma!
Nos caen, sobre el rosro de asombrados
amantes milenarios,
húmedos besos fértiles.
Detrás de los cristales refugiamos
nuestro amor tan mojado.
Y crepita la lluvia
en el fuego apagado.
D/A