El sol brillaba en todo su esplendor. Las nubes parecían arremolinarse como suaves copos de algodón en medio de un cielo azul cristalino y arrebatadoramente impresionante.
Las aves miraban con expectativa desde las ramas de los árboles. Una solemnidad impregnaba todo el huerto. El creador había acabado de hacer al hombre. Pasó el tiempo. Tiempo que no se puede calcular. Adán disfrutaba de todo lo que sus ojos veían. Sentía en lo profundo de ser que algo faltaba pero no sabía que era. Veía las animales en parejas, pero él estaba solo. Sin embargo no podía imaginar como podría tener alguien igual a él. De pronto el silencio se interrumpió en el alma. Dios hablaba.
Entonces el SEÑOR Dios dijo: “No es nada bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda [en hebreo dos palabras ´ezer kenegdo].” Génesis 2:18.
Cuando vamos al texto hebreo encontramos traducciones como las del rabino Rashí quién traduce el verso: “No es bueno que el hombre esté solo, le haré una ayuda (socorro, auxilio) opuesto a él. Las palabras ezer kenegdo significa: Ezer: “Socorro”, Auxilio y kenegdo: “Opuesto a él”. Lo cual implica: Si el hombre lo merece, la mujer será una ayuda, un socorro, un auxilio; pero si no lo merece, ella estará opuesta a él, para pelear.
Eso cambia todo el panorama que quizá hasta ahora hemos tenido de lo que es el matrimonio. En nuestra cultura latinoamericana, el hombre-macho parece ser el supremo y la mujer su ayudante. Por eso la traducción hecha al español por “ayuda idónea” le roba el sentido profundo de está declaración de Dios.
Veamos acá algunas cosas para que entendamos que Dios creó a la pareja para su Gloria y para vivir en gloria, pero al no entender estos principios de vida la pareja descendió a la escoria.
Dios le había dado a la pareja una vital advertencia:
“De todo árbol del jardín puedes comer libremente, pero del árbol de conocimiento del bien y el mal, no deberás comer de él; por cuanto el día que comas de el ciertamente morirás.” (Génesis 2:17).
Era la primera prueba que necesitaba enfrentar esta pareja y Dios en su soberanía ya había previsto todo para que esta pareja mantuviera la gloria. Al hombre lo creó como la cabeza y a la mujer como el auxilio o socorro de la cabeza, pero luego de esta advertencia la mujer no fue socorro ni auxilio y el hombre no uso la cabeza.
Adán no necesitaba una asistente o colaboradora. Necesitaba un socorro permanente.
El mandamiento que prohíbe comer del árbol del conocimiento del bien y el mal se da solo a Adán. La energía productiva de Adán no es la que necesitaba asistencia. Es su fidelidad a la obligación moral ante Dios. El necesitaba una protectora. Necesitaba a alguien cuyo trabajo era mantenerlo en el camino correcto.
Adán requería de alguien que le indicara cuando estaba por salirse del camino marcado por Dios. Es lo mismo en el día de hoy. En nuestro matrimonio no existe uno solo que manda y la mujer sigue con sus chiquitos tomados de la falda o pollera. Sino un hombre y una mujer a su lado y ella asegurándose que el camino es el correcto y los chiquitos tomados de la mano de sus padres.
El papel designado por Dios para Eva no era la domestica que lava y plancha, no es la que libera sexualmente a su hombre y cuida de la casa sino mucho más que eso en la perspectiva de Dios. Es la que asegura que Adán camina con fidelidad en los pasos del Señor.
¿Qué encontramos como gema perdida en la expresión hebrea: “ezer kenegdo”?
Comencemos por Ezer: Hemos dicho que significa Socorro , Auxilio. Una cosa es ser ayuda y otra es ser socorro o auxilio. Necesito de un socorro cuando ya no hay mas remedio.
El asunto parece complicarse cuando encontramos que en la Biblia a la única persona a quién se le da ese titulo es a Dios.
Tenemos la Palabra: Eben-ezer: “ Hasta aquí me socorrió el Señor”.
Eli-ezer: “Dios es mi socorro”.
Cuando el Salmista dice: “De donde vendrá mi socorro…mi socorro viene de Dios quien hizo los cielos y la tierra”, él usa la palabra “ezer”.
¡Qué impresionante es ver, que Dios compartió esa palabra que lo describía a él como el socorro, con la mujer!
Cuando Dios creó a la mujer la hizo para que ella fuera para el hombre lo que Dios es para su pueblo. Que ella se asegurará que iba a mantener al hombre en obediencia a Dios, para librarlo de dolores y quebrantos.
Ahora entendemos porque la Serpiente fue a ella primero. Sabía que si lograba engañar el socorro, el auxilio dado por Dios, lo demás sería fácil.
Esta perspectiva hace imposible ver a la mujer como ciudadanas de segunda categoría dentro del Cuerpo.
Entonces el SEÑOR Dios dijo: “No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda adecuada.” Génesis 2:18
La influencia griega en nuestro pensamiento es grande y necesitamos volver a la raíz hebrea. Sin embargo, sabemos que aún los rabinos se asustaron con esas palabras en Génesis y no mencionaron mucho del por qué Dios compartió ese titulo con la mujer.
El rabino David Freedman traduce la palabra “ezer” como “poder” o “fortaleza”, no se atrevió a decir “socorro o auxilio”.
El mismo rabino cuando llegó a la palabra traduce “kenegdo” no dijo que significaba “opuesta a él” sino como “igual a él.” Pero aun esto no es suficiente.
El rabino Shlomo sugiere que la respuesta yace en algún lugar en la arena de la igualdad. “El esposo no está diseñado para controlar a la esposa. Si lo hace, ha perdido la posibilidad de descubrir su “´ezer-kenegdo.´” Y nunca será capaz de sobreponer su soledad social. ¡No debemos asociarnos con seres inferiores a quienes podemos subyugar! (La frase “él la dominará” es un castigo y lamento lejano del ideal).”
El rabino Joseph Ver Soloveitchik interpretó este versículo que: “Eva debía funcionar como la “ezer kenegdo” de Adán en el sentido que Eva no debía simplemente funcionar como la ayuda de Adán, sino que se suponía debía ayudarle al ser “kenegdo”, i. e., complementar a Adán al ofrecerle perspectivas opuestas.
En definitiva encontramos que en el diseño de Dios la mujer no es simplemente una subordinada, sino que tenía un papel determinante en resguardar a su esposo y ponérsele si él quería desobedecer a Dios.
Si a Dios se le asigna el “ezer” como el socorro para su pueblo, como compagina esto con el papel asignado por Dios a la mujer?
• En Éxodo 18:4 Dios se presenta como quién libera a su pueblo del opresor. Rescata a su pueblo del peligro. Es eso lo que Dios espera que la mujer haga con su marido.
• En Deuteronomio 33;7- Dios asiste, apoya y refuerza a su pueblo contra los enemigos. Es el papel de la mujer hacer lo mismo con su marido.
• En el Salmo 33;20- Dios es el escudo de su pueblo. Libera a su pueblo de la muerte y muestra su bondad y misericordia. Eso es lo que Dios anhela de la mujer.
• Salmo 70:5 Dios suple en tiempo de aflicción y necesidad. Es lo mismo para la mujer.
• Salmo 115:9- Dios es el único en quién su pueblo confía. Dios puso a la mujer para que el hombre confíe en ella.
• En el Salmo 146:5 muestra que cuando Dios es el “ezer” o “socorro” y “ auxilio” Israel es bendecido y tiene esperanza. Cuando Dios compartió ese nombre con Eva sabía que cuando el hombre ve que la mujer es su “ ezer”, él tiene esperanza y es bendecido.
El diseño de Dios para que la primera pareja fuera pareja de gloria estaba la creación del hombre para llevar a cabo la responsabilidad asignada por Dios y le puso al lado una mujer para que él tuviera esperanza, ya que ella vería lo que él no podría ver.
Por eso Dios dotó a la mujer de un sexto sentido que se llama: Intuición.
Es la capacidad de ella ver lo que el hombre no ve. Ella lo siente en su corazón sin saber porque. Percibe lo que el hombre no logra percibir. El hombres la cabeza, pero ella es el corazón.
El ADN que Dios puso en la mujer es un ADN de Salvación y socorro y cuando a ella no se le permite desenvolverse con ese ADN , cosas dolorosas pueden suceder.
El esposo de María se acercó a mi oficina y me dijo: “ Ayúdeme pastor. Mi esposa me desespera. Parece que fuera mi mama. Me protege, me cuida. Le he dicho que me deje tranquilo, pero no hay manera. Cada vez que voy a hacer un negocio parece que ella esta destinada a echarme para atrás todo proyecto”. Le hablé a él de ella como su “ezer”. Que le diera la oportunidad de expresar lo que sentía. Quizás ella no siempre tiene la razón, pero la mayoría de veces si. Salió de mi oficina con otra perspectiva. Lo encontré unos meses más tarde y me dijo: “Ya estoy aprendiendo a unir mi cabeza lógica con el corazón tierno de mi esposa”-
La Serpiente antigua observaba todo lo que Dios decía acerca de la mujer y entonces comenzó su planificación para derribar el “ezer kenegdo” del hombre. Se frotaba las manos con entusiasmo mientras decía: “lo tengo todo listo. Ella es débil por el oído, en fácil de seducir con suave dulce. Si logro que ella desobedezca a su hombre y a Dios, Adán quedará desprotegido.
El desastre llegó y ella sedujo al hombre. No fue un “ ezer kenegdo” auxilio y socorro opuesto y los dos cayeron.
Desde ese momento una pareja diseñada para la Gloria comenzó su tortuoso camino a la escoria.
Si queremos recuperar el diseño original necesitamos:
• Volvernos a Dios diseñador original del matrimonio.
• Volver a la obediencia absoluta de sus principios.
• El Hombre ocupar y desempeñar su papel de cabeza lógica y razonable de la responsabilidad entregada por Dios
• La Mujer asumiendo su papel de Socorro y Auxilio asegurándose de que su esposo camina en obediencia a Dios.
• El hombre viendo en su mujer no una simple ayuda, sino como el escudo protector dado por Dios para serrarle a él el éxito en sus funciones.
• Juntos tomados de la mano y combinando sus diferencias para el enriquecimiento de su relación que reflejará la Gloria de Dios.
• Ya no uno contra el otro, sino juntos caminando lado a lado como un equipo contra el cual la serpiente antigua o podrá vencer.
• Los dos con sus hijos saliendo de la escoria para ir hacía la Gloria.
Que el Señor ayude a recuperar la gloria en nuestro matrimonio es el deseo de su hermano y amigo.
Serafin Contreras Galeano.
www.serafincontrras.com
REFLEXIÓN:
1.- Cómo veo a mi cónyuge. Como un adversario o un compañero de equipo?
2.- Está mi familia caminando a la gloria o rumbo a la escoria?
3.- Qué cosas necesito corregir para reflejar la Gloria de Dios.
4.- Cuál es mi compromiso ante Dios ahora?
5.- Qué cosas he aprendido hoy que podrían cambiar mi perspectiva del matrimonio?