Aquí en esta orilla blanca...
Aquí,en esta orilla blanca del lecho donde duermes
estoy al borde mismo de tu sueño.
Si diera un paso más, caería en sus ondas
rompiéndolo como un cristal.
Me sube el calor de tu sueño hasta el rostro.
Tu hálito te mide la andadura del soñarva despacio.
Un soplo alterno, leve me entrega ese tesoro exactamente
el ritmo de tu vivir soñando.
Miro. Veo la estofa de que está hecho tu sueño.
La tienes sobre el cuerpo como coraza ingrávida.
Te cerca de respeto.
A tu virgen te vuelves toda entera, desnuda,
cuando te vas al sueño.
En la orilla se paran las ansias y los besos
esperan, ya sin prisa, a que abriendo los ojos renuncies a tu ser invulnerable.
Busco tu sueño.
Con mi alma doblada sobre ti
las miradas recorren, traslúcida
tu carne y apartan dulcemente las señas corporales
por ver si hallan detrás las formas de tu sueño.
No lo encuentran.
Y entonces pienso en tu sueño.
Quiero descifrarlo.
Las cifras no sirven, no es secreto.
Es sueño y no misterio.
Y de pronto, en el alto silencio de la noche
un soñar mío empieza al borde de tu cuerpo
en él el tuyo siento.
Tú dormida, yo en vela, hacíamos lo mismo.
No había que buscar: tu sueño era mi sueño.
Luis Cernuda.