y de los problemas que perjudican
mi salud mental.
Me enfrentaré a mi destino con serenidad
y arreglaré todo lo que esté a mi alcance solucionarlo,
pero aceptaré con alegre resignación
aquello que no pueda cambiar.
Tomaré mis libros y seleccionaré
aquel que más me gusta
y nunca tuve tiempo de leer,
para disfrutar de la inmensa sabiduría
que encierra en cada una de sus páginas.
Por primera vez en mi vida
me detendré un segundo
para admirar los bellos amaneceres
que me regala la Naturaleza,
y sé que mi corazón saltará de alegría...
Porque después de tanto trajín,
al fin le regalaré un día de serenidad.