El desaliento es uno de los estados de ánimo contra el cual es indispensable fortalecerse.
Nos desalentamos con la situación económica, con nuestro trabajo,
con nuestra familia,
con la necesidad de cambio,
con los grupos de amigos,
con el engaño, con la mentira,
con el desamor...
Debemos mantenernos alertas contra el desaliento. Pero si hay un tropezón o una caída no
hay que entregarse. Después de cada día se empieza otra vez desde un punto más alto.
El miedo tiene raíces
Díficiles de arrancar
Si ves que se hacen cadenas
Rómpelas y échate a andar
El futuro pertenece a los que son capaces de llevar sus sueños a cabo desde la bondad y el
respeto. Qué más da la edad que tengamos, nunca es tarde para seguir lo que éste nos
dicta. “Ser bueno es ser valiente”, manifestó Antonio Machado, aprovechemos pues los
momentos de lucidez y de plenitud que nos dictan el camino que debemos tomar para, como
dice la filosofía oriental, movernos sin esforzarnos, dedicándonos a hacer lo que nos gusta
sin vislumbrar ninguna meta, disfrutar del trayecto y confiar en que, haciendo lo que salga
de nuestro corazón, acertaremos.
Es posible, además de probable, que las cosas no ocurran como deseamos, que no
podamos llevar a cabo nuestros proyectos como queramos, pero ahí se encuentra
justamente el aprendizaje. En las situaciones inesperadas, como afirmó el periodista Joseph
Pulitzer, se encierra nuestra gran oportunidad. Nuestra propia necesidad nos hará
encontrarnos siempre, nos guste o no, con aquello que necesitamos para seguir adelante.
lindo lunes