. |
SAN BLAS. Nació en Sebaste (Armenia) en la segunda mitad del siglo III. Según la tradición fue médico y cristiano ejemplar. Lo eligieron obispo de su ciudad natal, y fue pastor prudente y celoso, intrépido protector de sus fieles en las terribles persecuciones del Imperio Romano de principios del siglo IV. Tuvo que huir a las montañas donde se entregó a la penitencia y la contemplación. Lo apresaron, y su traslado ante el prefecto constituyó una apoteosis popular, acompañada de milagros. Ante su negativa a renunciar a la fe, lo sometieron a toda clase de tormentos, y murió decapitado en su ciudad natal, con toda probabilidad el año 316. Su culto se extendió por toda Europa y es invocado como intercesor en las enfermedades de garganta.-
Oración: Escucha, Señor, las súplicas de tu pueblo, que hoy te invoca apoyado en la protección de tu mártir san Blas: concédenos, por sus méritos, la paz en esta vida y el premio de la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a sus discípulos: «El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna» (Mt 19,29).
Orar con la Iglesia:
Pidamos a Dios Padre, fuente de toda santidad, que nos conserve en la vocación cristiana a que nos ha llamado:
-Padre santo, que has querido que nos llamemos y seamos hijos tuyos, concédenos cantar tus grandezas en medio de tu templo santo, la Iglesia.
-Padre santo, que quieres que hagamos eficaz nuestra consagración a ti, ayúdanos a dar fruto de buenas obras.
-Padre santo, que sabes los peligros que nos acechan, líbranos del mal y ampáranos en nuestras debilidades.
-Padre santo, que no cesas de llamar a quienes quieres a una vida consagrada, concede a los llamados la fidelidad y la perseverancia.
Oración: Te pedimos, Padre, que tu Espíritu nos ilumine para percibir tus llamadas y nos fortalezca para asumirlas. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
|