. |
NUESTRA SEÑORA DE LOURDES. En 1858, a partir del 11 de febrero, la Virgen María se apareció hasta dieciocho veces a Bernardita o María Bernarda Soubirous en los Pirineos, cerca de Lourdes (Francia), dentro de la gruta de Massabielle, junto al río Gave, y le dijo: «Yo soy la Inmaculada Concepción», confirmando así el dogma mariano que había declarado solemnemente el papa beato Pío IX cuatro años antes, en 1854. Por medio de santa Bernardita (cf. 16 de abril), humilde jovencita entonces, María Inmaculada llamaba a los pecadores a la conversión, suscitando un gran celo de oración y amor, principalmente como servicio a los enfermos y pobres.- Hoy celebra la Iglesia también la Jornada Mundial del Enfermo.-
Oración: Dios de misericordia, remedia con el amparo del cielo nuestro desvalimiento, para que, cuantos celebramos la memoria de la inmaculada Virgen María, Madre de Dios, podamos, por su intercesión, vernos libres de nuestros pecados. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía: «El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios está cerca; convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1,14-15).
Orar con la Iglesia:
Al celebrar las maravillas que Dios realizó en santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, presentémosle a Él, por intercesión de ella, nuestras humildes súplicas.
-Por la Iglesia: para que acierte a proclamar cada vez con mayor claridad el Evangelio a los enfermos, los débiles, los pequeños, los pobres.
-Por los que tienen autoridad y poder en nuestra sociedad: para que faciliten la venida del reino de Dios prometido a los pobres de espíritu.
-Por los que sufren en su cuerpo o en su espíritu: para que sientan la presencia maternal de María, consuelo de los afligidos.
-Por todos los cristianos: para que alcancemos por mediación de María la plenitud de vida, la salud, la alegría y la paz.
Oración: Dios todopoderoso, que constituiste a María Madre de Jesucristo y Madre nuestra, concédenos experimentar el poder de tan excelsa intercesora. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
* * *
|