SANTOS MÁRTIRES DE ABITINA. San Saturnino, presbítero, y sus compañeros sufrieron el martirio el año 304 en Cartago, durante la persecución de Diocleciano. De ellos decía Benedicto XVI el 29-V-05: «En Abitina, pequeña localidad de la actual Túnez, 49 cristianos fueron sorprendidos un domingo mientras, reunidos en la casa de Octavio Félix, celebraban la Eucaristía desafiando así las prohibiciones imperiales. Tras ser arrestados fueron llevados a Cartago para ser interrogados por el procónsul Anulino. Fue significativa, entre otras, la respuesta que un cierto Emérito dio al procónsul que le preguntaba por qué habían transgredido la severa orden del emperador. Respondió: "Sine dominico non possumus"; es decir, sin reunirnos en asamblea el domingo para celebrar la Eucaristía no podemos vivir. Nos faltarían las fuerzas para afrontar las dificultades diarias y no sucumbir. Después de atroces torturas, estos 49 mártires de Abitina fueron asesinados. Así, con la efusión de la sangre, confirmaron su fe. Murieron, pero vencieron; ahora los recordamos en la gloria de Cristo resucitado».
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús a los judíos: -Os aseguro que, si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día (Jn 6,52-53).
Orar con la Iglesia:
Oremos confiadamente al Padre, que nos invita a frecuentar la mesa de su Hijo.
-Por todos los cristianos: para que comprendamos que el sacramento del Cuerpo y Sangre del Señor es cumbre y fuente de toda la vida de la Iglesia.
-Por la santa Iglesia: para que, fortalecida con el pan de la vida, camine por el mundo anunciando el Evangelio.
-Por los sacerdotes, ministros del altar: para que celebren la Eucaristía en alabanza de Dios y edificación de su pueblo.
-Por cuantos se saben discípulos de Jesús: para que en la Eucaristía, signo y vínculo de unidad, recompongan la plena comunión de fe y amor.
-Por nosotros: para que, al compartir el pan de la vida eterna, aprendamos a compartir también el pan terreno con quienes lo necesitan.
Oración: Señor, haznos sentir la necesidad de celebrar el sacramento del Cuerpo y Sangre de tu Hijo, y concédenos sus frutos para afrontar la vida de cada día. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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