DOMINGO VII-B
Is. 43,18ss.,2ª cor.1,18-22, Mc.2,1-12
Tenemos en escena a Jesús, que cura al paralítico presentado ante El por unos camilleros llenos de fe, arrojo y decisión y ante unos letrados que no quieren entender nada fuera de sus leyes y costumbres; creen tener salud – aunque no ven- y no se acercan al oculista.
Gran parte de los bautizados también tenemos un pobre concepto de Dios que no responde a la información que de El nos ha dado su hijo Jesús. Pensamos que es un ser tan pequeño y mezquino que no nos ama, si no respondemos a sus deseos. De ahí los montones de velas y ofrendas quemadas para conseguir su favor. Son para tener contento a Dios, para agradecerle o pedirle algo a cambio de…, pero esa ofrenda no nos ayuda a mover nuestras costumbres y conducta. No nos hace más y mejores cristianos.
¡Qué gozo, Dios mío, cuando sé que el amor de Dios no lleva cuenta de nuestros pecados! Que su corazón no es tan ruin como el nuestro. Que su perdón lo tengo de antemano y sin condiciones. Eso, hermanos, nos exige una exquisitez de conducta.
¿ Por qué se escandalizan los letrados al oír a Jesús, dirigiéndose al paralítico?: " Tus pecados te son perdonados”
Es que están cuestionando la autoridad de Jesús. Para ellos, es el pobre hijo del carpintero de ese pueblito Nazaret, de donde " nada bueno puede salir",¿Y viene ahora a darnos lecciones a nosotros, letrados del Templo? Sí, es que ellos pertenecían al tinglado montado al rededor de su flamante templo de Jerusalén para organizar a su gusto la vida del pueblo. Pero, eh aquí que un día el joven Nazareno, consciente de su misión en la Vida decide terminar con todo ese tinglado y cerrar para siempre el A.T. Con El ha nacido lo nuevo. El es el salvador prometido y sólo El es la palabra auténtica de Dios, que hoy se ha puesto a prueba.
En Cafarnaum, en casa de Pedro el pescador, se ha amontonado la gente y no precisamente para comprar pescado sino para escuchar a ese Joven Nazareno “que habla con autoridad y no como los letrados”. Algunos se afanan en hacer un boquete por la azotea para meter un paralítico y no han encontrado otra posibilidad. Ahí, cuatro camilleros llenos de salud, fe, arrojo y decisión y un paralítico que desea moverse, presentado ante Jesús. " Tus pecados te son perdonados" le dice. Pero…… ¿qué dice este? ¡Blasfema, porque sólo en el templo y los sacrificios de animales y su sangre vertida sobre el altar pueden alcanzar el perdón de Dios!. Se ha armado un tumulto y los letrados se rasgan las vestiduras. Venían a eso y han visto cómo se les han caído los palos del sombrajo quedando al descubierto. Pero... ¿qué pruebas das de tu autoridad....? ¡Sólo Dios puede perdonar los pecados! gritan escandalizados.
Jesús está hablando para todos y les dice:" calma, calma, supongo que os será más fácil entender lo mismo pero dicho de otra forma." Coge tu camilla y vete"..... Así lo hizo sin olvidar la camilla - ¡qué detalle! - porque ha entendido que ahora tiene que ser él camillero para presentar a otros a Jesús y les pueda quitar la ceguera y la parálisis porque, amigos, el EGOISMO nos paraliza para hacer el bien a los demás. El ORGULLO y el corazón herido no nos deja pedir perdón y reconocer la parte de razón del otro. El RENCOR y la violencia nos incapacitan para perdonar y tender puentes de PAZ.. El corazón puesto en otros ídolos como el dinero, el poder, el placer etc., nos tienen tullidos y miopes para no salir de una rutina de vida cristiana mediocre, aunque vivamos añorando la libertad, sencillez y alegría de ser cristiano.
SE BUSCAN CAMILLEROS PARA AYUDAR A OTROS