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SANTA PERPETUA Y SANTA FELICIDAD. Mártires de Cartago, cerca de Túnez, el año 203. Conservamos las Actas auténticas del martirio, redactadas hasta la víspera del sacrificio por la misma Perpetua y continuadas luego por un testigo. A raíz del decreto del emperador Septimio Severo contra los cristianos, fueron apresados muchos de ellos. Perpetua, de ilustre cuna y exquisita formación, era hija de padre pagano, estaba casada como matrona y tenía un hijo recién nacido. Felicidad era una joven esclava, casada y a punto de dar a luz. El proceso fue penoso y prolongado. En todo momento Perpetua mostró su entereza, reafirmando su fe ante las autoridades y animando a sus compañeros de martirio. En los dolores del parto, en la cárcel, dijo Felicidad a un guardián: «Ahora soy yo la que sufro; en el anfiteatro será Otro el que sufra por mí». Con motivo del aniversario del hijo del emperador, se iban a celebrar unos juegos en los que el número fuerte del programa sería el martirio de los encarcelados. En el anfiteatro les soltaron las fieras que malhirieron a nuestras santas y fueron rematadas luego a golpe de espada.-
Oración: Señor, tus santas mártires Perpetua y Felicidad, a instancias de tu amor, pudieron resistir al que las perseguía y superar el suplicio de la muerte; concédenos, por su intercesión, crecer constantemente en nuestro amor a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dice la Carta a los Romanos: -¿Quién podrá apartarnos del amor de Cristo?: ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada? En todo esto vencemos fácilmente por aquel que nos ha amado. Pues estoy convencido de que nada podrá apartarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús (cf. Rm 8,35-39).
Orar con la Iglesia:
Adoremos a Cristo, Hijo de Dios vivo, que quiso ser también hijo de una familia humana.
-Oh Cristo, por el misterio de tu sumisión a María y a José, enséñanos el respeto y la obediencia a los que nos gobiernan legítimamente sin pretender apartarnos de tu camino.
-Tú que amaste a tus padres y fuiste amado por ellos, afianza a todas las familias en el amor y la concordia.
-Tú que estuviste siempre atento a las cosas de tu Padre, haz que lo busquemos con limpieza de corazón y estemos dispuestos a hacer su voluntad.
-Tú que quisiste que tus padres te buscaran durante tres días, enséñanos a buscar siempre primero el reino de Dios y su justicia.
Oración: Dios todopoderoso, luz de los que en ti creen, haz que la tierra se llene de tu gloria y todos reconozcamos a tu Hijo como el único santo, el único Señor, el único altísimo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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