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SAN LIUDGERO (O LUDGERO). Nació en Frisia (al norte de Holanda) de familia noble hacia el año 742. Estudió en la escuela abacial de Utrecht, dirigida entonces por el abad san Gregorio, y luego, siendo ya diácono, en la escuela de Alcuino, con el que estuvo en total unos cinco años; se ordenó de sacerdote en Colonia el año 777. Evangelizó amplias regiones de Holanda, Dinamarca y Sajonia con gran provecho por sus cualidades personales, por la responsabilidad que le imponía el saberse portador del Evangelio y por su intensa vida interior. Peregrinó a Roma y estuvo algún tiempo en Montecasino, donde estudió la Regla de San Benito. Tras la conversión del jefe de los sajones, Carlomagno lo invitó a evangelizar Westfalia. Fundó el monasterio en torno al cual surgió la actual ciudad de Münster, de la que fue elegido primer obispo el 804. Fundó también otros monasterios, centros de propagación de la fe, entre ellos el de Werden (Sajonia, Alemania), en el que murió el año 809.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Del profeta Jeremías: «Bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que alarga a la corriente sus raíces; no teme la llegada del estío, su follaje siempre está verde; en año de sequía no se inquieta, ni dejará por eso de dar fruto» (Jer 17,7-8).
Orar con la Iglesia:
Confiados en la intercesión de María, oremos a Dios nuestro Padre por las necesidades de la Iglesia y del mundo entero.
-Para que, por intercesión de María, la humanidad entera contemple en Cristo la encarnación de la misericordia y de la fidelidad de Dios.
-Para que, por mediación de María, todos los hombres reconozcan en Cristo la imagen y modelo del hombre nuevo.
-Para que, por intercesión de María, preparada para ser digna morada del Dios-con-nosotros, los creyentes sepamos encontrarle y servirle en nuestros prójimos.
-Para que, a imagen de María y por obra del Espíritu Santo, los cristianos recibamos gozosos al Verbo del Padre y vivamos como hijos de Dios.
Oración: Dios, Padre nuestro, ayúdanos a vivir según tu palabra y a serte fieles en el camino de la Cuaresma por el que estamos avanzando hacia la Pascua. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
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