SAN ESTEBAN HARDING, Abad y cofundador del Císter. Nació en Meriot (Inglaterra) el año 1060, y de joven profesó la vida monástica en Sherbone. Abandonó su monasterio y se marchó a París a estudiar. Se arrepintió del mal paso dado, y acudió a Roma para pedir perdón. De regreso, se detuvo en el monasterio de Molesmes, cuyo abad era san Roberto. Éste, Alberico y Esteban fundaron el año 1098 el nuevo monasterio de Cîteaux (Borgoña), origen de los cistercienses. Su principio inspirador era la voluntad de restablecer la fiel obediencia a la Regla de San Benito en su integridad. Cuando en 1109 murió Alberico, Estaban le sucedió como abad, y fue él quien recibió a san Bernardo y quien lo envió, en 1115, a fundar la abadía de Claraval. Organizó la centralidad del gobierno monacal con la «Carta de la Caridad», para que no hubiera discordias entre los monjes y todos vivieran bajo el mismo dictado de la caridad, observando la misma Regla y según costumbres semejantes. En vida de Esteban fueron doce las fundaciones cistercienses. Murió en Cîteaux (Francia) el año 1134.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dijo Jesús: -¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo», teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita; sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano (Mt 7,3-5).
Orar con la Iglesia:
Dirijamos nuestra súplica al Señor Jesús, que manifiesta su poder sobre todo en la misericordia y el perdón, y pidámosle que acoja nuestro corazón contrito y humillado.
-Por la Iglesia: para que sea signo e instrumento de reconciliación y lugar de acogida abierta a todos los hombres.
-Por los sacerdotes, ministros de la Iglesia: para que realicen con entrega generosa el ministerio sacramental del perdón y de la misericordia.
-Por los que sufren las consecuencias del pecado: el egoísmo, el odio, la opresión, el desprecio, la marginación: para que vean atendidas sus demandas de justicia y de paz.
-Por los que nos reunimos en torno al altar y celebramos la Eucaristía: para que luego seamos testigos de la palabra del Señor y de su amor.
Oración: Ten misericordia de nosotros, Señor Jesús, perdona nuestros pecados y asístenos con tu gracia para que no volvamos a pecar. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
* * *
|