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SAN JUAN I, papa y mártir. Nació en Toscana (Italia), y fue elegido papa el año 523. Su breve pontificado trascurrió en los reinados del emperador de Constantinopla Justino, católico, y Teodorico, rey de los ostrogodos, arriano, que dominaba Italia, con los consiguientes problemas políticos y religiosos. Teodorico lo envió como legado suyo a Constantinopla para que pidiera al emperador Justino la libertad religiosa de los arrianos. Fue recibido con grandes honores en la Navidad del año 324, meses después celebró la Pascua en Santa Sofía diciendo la misa en latín, y coronó de nuevo al emperador. Pero no logró del todo el objetivo de su misión. Cuando volvió a Italia fue detenido y encarcelado porque su gestión no había sido del agrado de Teodorico, el cual lo encerró en Ravena, donde murió el año 526, por su constancia en defender la fe católica.-
Oración: Oh Dios, remunerador de las almas fieles, que has consagrado este día con el martirio del papa san Juan, escucha las oraciones de tu pueblo y concédenos imitar la constancia en la fe de aquel cuyos méritos veneramos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico :
Decía san Pablo a los Corintios: «Si hablara las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tengo amor, no sería más que un metal que resuena o un címbalo que aturde. Si tuviera el don de profecía y conociera todos los secretos y todo el saber; y si tuviera fe como para mover montañas, pero no tengo amor, no sería nada. Y si repartiera todos mis bienes entre los necesitados; y si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría» (1 Cor 13,1-3).
Orar con la Iglesia :
A ti, Señor Jesús, sentado a la derecha del Padre, mediador nuestro, que vives para siempre, intercediendo por nosotros, dirigimos nuestra oración.
-Señor Jesús, asiste a la Iglesia, a la que encomendaste la misión de proseguir el anuncio del Evangelio, hasta que vuelvas.
-Señor Jesús, inspira a los que gobiernan las naciones sentimientos de paz y de justicia, y de atención especial a los débiles e indefensos.
-Señor Jesús, consuela a los que sufren, los pobres, los enfermos, los marginados, los ancianos desamparados, los huérfanos.
-Señor Jesús, ilumina los ojos de nuestro corazón, para que comprendamos cuál es la esperanza a la que nos llamas y la misericordia con que nos tratas.
Oración: Padre nuestro, sabemos que cuando oramos en el nombre de Jesús, tú aceptas y atiendes nuestras súplicas. Por eso te decimos: escúchanos por tu Hijo Jesucristo, nuestro Señor, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.
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