SANTA JOAQUINA VEDRUNA. [Murió el 28 de agosto, pero su memoria se celebra el 22 de mayo] Nació en Barcelona (España) el año 1783. De joven quiso ser carmelita, pero no la aceptaron. En 1799 contrajo matrimonio con Teodoro de Mas, del que quedó viuda en 1816. Formaron un matrimonio feliz y tuvieron nueve hijos. Como esposa y como madre, fue modelo de abnegación, prudencia y delicadeza. Dirigida por el P. Esteban de Olot, capuchino, inició la fundación de la Congregación de las Hermanas Carmelitas de la Caridad, en la que profesó en 1826 y que tenía como misión el cuidado de los enfermos y la educación y recuperación de las jóvenes expuestas a las insidias de la miseria y la ignorancia, apostolados a los que dedicó sus mejores energías. Murió en Barcelona el 28 de agosto de 1854. En 1959 fue canonizada por Juan XXIII, quien dijo de ella: «Conquistada por el amor de Dios y del prójimo, vivió heroicamente el Evangelio en todos los estados posibles a una mujer».
EL AMOR LO PUEDE TODO
Elogio de santa Joaquina de Vedruna
Joaquina de Vedruna puede presentarse como modelo para la mujer en todos los estados de la vida. Como dijo el papa Juan XXIII en la homilía de canonización, «conquistada por el amor de Dios y del prójimo, vivió heroicamente el Evangelio en todos los estados posibles a una mujer, hasta fundar una familia religiosa que encuentra en la caridad su única razón de ser». Fue madre de nueve hijos. Al quedarse viuda, crea el Instituto de las Hermanas Carmelitas de la Caridad, convirtiéndose así en madre y bienhechora de innumerables necesitados. Fue obsesión de toda su vida hacer la voluntad de Dios.
Como pequeña muestra del espíritu sobrenatural que animaba su vida, he aquí unos retazos tomados de sus cartas:
«Amemos a Dios sin cesar. Solamente el Señor, creador de cielo y tierra, ha de ser nuestro descanso y consuelo. Amor y amor que nunca dice basta. Cuanto más amemos a Dios, más le querremos amar... Pongamos nuestro espíritu en Dios, quien todo lo puede, y emprenderemos lo que él quiera. Con Jesús y teniendo a Jesús, todo sobra. El Espíritu de Jesucristo no quiere sino practicar la caridad, la humildad y vivir en pobreza. Sí, avivemos la fe, tengamos confianza, practiquemos la caridad y alcanzaremos la bendición de la Santísima Trinidad. Pidamos a nuestra Madre, la Virgen Santísima, que, con su protección, ella nos guíe».
En fin la propia santa Joaquina de Vedruna redactó la fórmula de su profesión religiosa, en la que quiso sintetizar los ideales de su vida consagrada:
«Prometo entregarme en todo a la más fervorosa caridad con los enfermos y a la cuidadosa instrucción de las jóvenes».