DÍA 7 DE JUNIO
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SAN ANTONIO MARÍA GIANELLI.
Nació en Cereta (Liguria, Italia) el año 1789. A los 19 años entró en el seminario de Génova y en 1812 fue ordenado de sacerdote. Siguió en el seminario como profesor, y a partir de 1826 se centró en el apostolado parroquial. Creó varias instituciones, como la «Sociedad Económica» para la instrucción de las niñas pobres, una pequeña congregación misionera que puso bajo el patronazgo de san Alfonso María de Ligorio, los futuros Oblatos de San Alfonso, para las misiones populares y la organización del clero, y, sobre todo, en 1829, la Congregación de las Hijas de María Santísima del Huerto, a las que inculcaba la pobreza, que debía ser «el verdadero distintivo del instituto», así como el espíritu de sacrificio y la confianza en Dios. En 1838 fue nombrado obispo de Bobbio. Murió en Piacenza el 7 de junio de 1846. En su vida y en sus obras trató de servir al Señor en los pobres, los enfermos, los ignorantes, los que no habían encontrado a Dios, y abría su corazón para acoger a todos.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Decía san Pablo a los Corintios: -Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu (2 Cor 1,21-22).
Orar con la Iglesia:
Glorifiquemos a Cristo, que nos ha hecho partícipes del Espíritu Santo, y supliquémosle, diciendo:
-Derrama el Espíritu Santo sobre la Iglesia, para que la purifique, la fortalezca y la acreciente.
-Llena de tu Espíritu a los dirigentes de los destinos de los pueblos, para que sean servidores del bien común.
-Envía tu Espíritu, padre de los pobres, para que con su fuerza ayude a los que se sienten necesitados.
-Que todos los ministros de tu Iglesia vivan con fidelidad la vocación a que fueron llamados.
-Concede la plenitud de tu redención a nuestros difuntos.
Oración: Te pedimos, Dios de poder y misericordia, que envíes tu Espíritu Santo, para que, haciendo morada en nosotros, nos convierta en templos de tu gloria. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.