SAN JUAN DE MATERA. Pertenece al grupo de los santos reformadores del monacato del siglo XII en la Italia meridional. Nació en Matera, al sur de Italia, el año 1070, de familia noble y rica. De joven se trasladó a Taranto y estuvo con los monjes basilianos de la isla de San Pedro. Peregrinó por Calabria y por Sicilia llevando vida de penitencia y renuncia. En Ginosa se dio a conocer como buen predicador. Decidió ir en peregrinación a Palestina, pero al llegar a Bari comprendió que su misión tenía que desarrollarse allí. Después de un período dedicado a la predicación, se estableció cerca de Pulsano, donde fundó una comunidad que seguía un estilo de vida muy austero y que pronto tuvo cincuenta monjes. Después fundó el monasterio de Santiago en Foggia y otros monasterios más, masculinos y femeninos, por la región del monte Gargano. Así se formó la Congregación de Pulsano que seguía la Regla de San Benito. Murió en Foggia el 20 de junio de 1139.

PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
En el Calvario, los soldados quebraron las piernas de los crucificados con Cristo. «Pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados con la lanza le traspasó el costado y al punto salió sangre y agua. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura... "Mirarán al que atravesaron"» (Jn 20,32-36).
Orar con la Iglesia:
Oremos confiadamente al Padre por el bien de todos los hombres.
-Por la santa Iglesia de Dios: para que de todos los confines del mundo sea congregada en la unidad que brota de la Eucaristía.
-Por todos los pueblos: para que el Señor les ayude a realizar su pleno y verdadero desarrollo.
-Por lo enfermos y por cuantos sufren: para que la Eucaristía robustezca su esperanza y sea su consuelo.
-Por todos los creyentes: para que celebremos la Eucaristía, la prenda del reino futuro, dando testimonio de caridad en la tierra.
Oración: Oh Dios, que no cesas de alimentar a tu Iglesia con los misterios del Cuerpo y de la Sangre de tu Hijo, haz que encontremos nuestro gozo en la riqueza de tus dones. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
|