SANTOS JUSTINO ORONA MADRIGAL Y ATILANO CRUZ ALVARADO. Eran el párroco y el coadjutor de Cuquío (Jalisco, México) y fueron martirizados en el Rancho de las Cruces (Guadalajara) el 1 de julio de 1928. Justinonació en Atoyac el año 1877. Estudió en el seminario de Guadalajara y se ordenó de sacerdote en 1904. Trabajó en diversas parroquias y en 1916 lo nombraron párroco de Cuquío. Fueron años de apostolado fecundo en los que también colaboró con el seminario y contribuyó a la fundación de las Clarisas del Sagrado Corazón dedicadas a recoger niñas huérfanas y pobres. Atilano nació el año 1901 en Ahuetiche de Abajo. Estudió en los seminarios de Totaliche y Guadalajara, y en casas particulares tras el cierre de los seminarios. Recibió la ordenación sacerdotal en la clandestinidad en 1927, y enseguida lo destinaron a Cuquío. Era humilde y celoso.- Encontrándose el párroco en el Rancho, mandó llamar al coadjutor. Estuvieron hablando largamente de la pastoral parroquial y rezaron juntos. A las dos de la madrugada llegaron los soldados y golpearon la puerta. Les abrió el párroco, y lo acribillaron a balazos mientas gritaba: ¡Viva Cristo Rey! Luego balearon al coadjutor en su habitación, mientras rezaba con el crucifijo y el rosario en sus manos.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
«Junto a la cruz de Jesús estaba su madre... Los judíos, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado..., pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua» (Jn 19,25.31-34).
Orar con la Iglesia:
Oremos al Señor Jesús que nos ha revelado el amor gratuito y universal del Padre y que, de su corazón abierto por la lanza, ha hecho brotar la fuente de toda gracia.
-Cristo, que en la Última Cena instituiste el sacrificio de la nueva alianza en tu sangre, renueva hoy y siempre tu alianza con los hombres.
-Tú que, exaltado en la cruz, quisiste ser traspasado por la lanza del soldado, sana nuestras heridas y perdona nuestras infidelidades.
-De tu corazón traspasado por la lanza salió sangre y agua, dando así nacimiento a tu esposa, la Iglesia; haz que sea santa e inmaculada.
-Cristo, tú que entraste en el santuario del cielo con tu sangre, haz que la Iglesia sea verdadera morada del Altísimo para todos los bautizados.
Oración: Señor Jesucristo, que nos has redimido con tu sangre, convierte del todo nuestros corazones a ti y haz que consigamos ahora tu perdón y la gloria en la eternidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
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