LAS GARRAS DEL TIEMPO.
El temido tiempo no nos atrapa, sólo envejece en su caminar la vida, realidad de la que nadie escapa, pero deja sus memorias vividas.
El tiempo no pasa: Entre nosotros mora, es ido pasado, vivo presente o visor del futuro, es su presencia el día, la noche y su aurora, inmutable su eternidad y su accionar seguro.
Es su andar cuna de ilusión o esperanza fallida, en su libre albedrío germina el amor o el odio, depende de corazón puro o alma corrompida, para que sea caricia o despreciable oprobio.
Es vida pero también es muerte, otorga felicidad y también tristeza. Eres sutil presencia y nadie puede verte, pero en tus designios perdemos fortaleza.
Y ese es el ciclo que limita al encarnado, que se despoja de temporal materia terrena, más el espíritu en su Creación es eternizado y junto al tiempo… Vida infinita engendra.
Imperceptible fluido que corroe la existencia, que consume nuestra lozanía sin esforzarse, no hay color, ni raza inmune a su inclemencia, y cada una en tu tiempo.. Tendrá que marcharse.
Autor: Víctor A. Arana, (VICTOR SANTA ROSA), Cincinnati, Agosto 11 del 2010.
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