DEDICACIÓN DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA LA MAYOR. Celebramos hoy a la Virgen María, proclamada Madre de Dios en el Concilio de Efeso el año 431, en cuyo honor se edificó en Roma una basílica. Contra la herejía de Nestorio, la Iglesia, impulsada por san Cirilo de Alejandría, definió en el Concilio de Efeso la maternidad divina de María. Todo el orbe católico celebró el acontecimiento, y el papa Sixto III dedicó en Roma, sobre el monte Esquilino, una basílica a la Santa Madre de Dios: Santa María la Mayor, considerada como el santuario mariano más antiguo de Occidente. Una tradición dice que la Virgen manifestó en sueños a unos esposos su deseo de que le levantaran un templo en el lugar que se cubriría de nieve la noche del 5 al 6 de agosto; de ahí que también se llame Santa María de las Nieves.
- Oración: Perdona, Señor, los pecados de tus hijos, y ya que nuestras obras no pueden complacerte, concédenos la salvación por medio de la Madre de tu Hijo. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
PARA TENER EL ESPÍRITU DE ORACIÓN Y DEVOCIÓN
Pensamiento bíblico:
Dice san Pablo a los Gálatas: -Hermanos: Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos el ser hijos por adopción (Ga 4,4-5).
Orar con la Iglesia:
Acudamos a la Virgen santa María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, para que interceda por nosotros y por todos los hombres.
-Por la santa Iglesia de Dios: para que sea en el mundo entero signo eficaz de la fe, la esperanza y la caridad de Jesucristo.
-Por los gobernantes de las naciones: para que colaboren sin desfallecer en el establecimiento de la justicia y de la paz para todos.
-Por todos los que sufren, en particular los màs pobres y desvalidos: para que sean socorridos en su necesidad y se sientan predilectos de María y de nosotros.
-Por nosotros mismos y por nuestros difuntos: para que alcancemos la paz y el gozo eterno que Dios nos tiene prometido.
Oración: Te pedimos, Dios de bondad, que des cumplimiento a nuestras plegarias, pues las hemos confiado a la Virgen santa María, Madre de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
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