LAS MEJORES FIESTAS
Vuelve en el tiempo y recuerda las mejores fiestas que hayas pasado de niño. Trae ese recuerdo nuevamente a tu memoria y velo muy claramente. Recuerda las vistas, los olores, los gustos y los tactos, y las personas que estaban allí. ¿Cuáles fueron algunas de las cosas que hiciste?
Si no tuviste unas fiestas maravillosas de niño, invéntate una. Hazla exactamente como te gustaría que fuera. Mientras piensas en esta fiesta especial, nota que tu corazón se está abriendo.
Quizás, una de las cosas maravillosas de esa fiesta particular, fue el amor que estaba presente.
Permite que el espíritu del amor fluya a través de ti. Lleva a tu corazón a todas las personas que conoces y te importan. Envuélvelos con amor. Sabes que puedes llevar este sentimiento especial de espíritu y amor, de fiesta contigo, donde vayas y todo el tiempo que quieras; no sólo en tiempo de Navidad.
¡Eres amor! ¡Eres espíritu! ¡Eres luz! ¡Eres energía!
¡Y ASÍ ES!
¡Felices Fiestas, queridos amig@s!
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