Cuando El Calendario Falla,
Y la hoja se deshoja...
Sin tocar tú hermosa primavera.
El recuerdo se consuela con callados quejidos,
Que se prende en mí antorcha que encendida te espera
iluminando los rincones donde se desnudaron nuestras ilusiones…
Cuando el calendario me resta mí vida,
Ignorante de que mí vida ya no es mía.
Queriendo torturar en un silencio amargo,
Lo que mí alma añora en cada momento,
Sólo una promesa me cura la herida…
Una promesa de tús labios húmedos,
Donde las palabras se vistieron con tú hermosura.
Y sus sonidos bailaron en mí alma.
Acariciando la fuente de mís quimeras…
Es hora de negar la crueldad del calendario,
Para sentarme en tu corazón de reina....
Esperando el regreso de tús suaves manos.
Ese día lo tacharé en mí solitario calendario,
Como el primero donde volví a besar el amor de tús labios...
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